Sábado 2 de julio
Una de las conferencias más reveladoras de Paisaje Variable fue la que nos impartió el catedrático de la Universidad de Sevilla Manuel Delgado Cabeza sobre 'Economía, modelos de explotación y sostenibilidad rural' para abrir la sesión. En ella, y con certera claridad expositiva, el profesor analizó la evolución de la alimentación a lo largo de la Historia y cómo la globalización ha utilizado la comida como excusa para la acumulación de capital. Los jerifaltes contemporáneos, las grandes entidades financieras, intentan que los límites que la naturaleza opone sean superados, cosa que a todas luces nos lleva a la extinción.
La alternativa es la 'soberanía alimentaria', de la que ya nos había hablado Enjambre sin Reina y la Universidad Paulo Freire, es decir, la vuelta a un consumo responsable y cercano, de relación más estrecha agricultor-consumidor. Y la conclusión, después de un debate intenso y enriquecedor como pocos, fue la misma: la necesidad de un nuevo modelo agroalimentario que se articule alrededor de las personas, no del mercado y el beneficio, aunque se desarrolle incluso a espaldas de la ley.
Dos instantes de la conferencia del profesor Manuel Delgado Cabeza
Los siguientes en participar fueron la Plataforma Ciudadana Oleoducto No, que han conseguido paralizar la creación de la Refinería Balboa en Extremadura. Lograron con diversas estrategias (la desacreditación de la Junta y del empresario Alfonso Gallardo, por ejemplo) crear un movimiento popular que con acciones y manifestaciones multitudinarias pudieron hacer realidad el objetivo. Y todo ello pese a una férrea oposición, henchida de soberbia, encabezada por el entonces presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que llegó a declarar a los periódicos: "Puedo discutir la ubicación, no si se hace o no". Toda una declaración de principios.
Representantes de la Plataforma Oleoducto No
La Plataforma Vía Rápida hizo un repaso al problema que supondría el proyecto del Ministerio de Fomento de acondicionar la carretera N-433 desde la Venta del Alto Rosal (Sevilla) hasta Rosal de la Frontera (Huelva), con una longitud de 120 kilómetros. El impacto en la Sierra de Aracena, reserva de la Biosfera para la Unesco, sería irreversible y desde las propias administraciones locales se ha rechazado el plan. El trayecto afectaría a 23 municipios.
Miembros de la Plataforma Vía Rápida
Jorge Arévalo, en representación de la Mesa Ciudadana del Aljarafe Norte, nos contó la lucha contra la especulación inmobiliaria de los pueblos de la zona, que promueve la venta de terrenos agrícolas (que han dado de comer a varias generaciones) para la construcción de edificios. Se han demantelado además industrias tradicionales (como la de las tortas de aceite para colocar un IKEA), produciéndose la paradoja de inaugurar el ayuntamiento una rotonda conmemorativa de ese producto mientras permitía su desaparición. Ejemplo éste categórico de cinismo.
Otro caso muy claro es el PGOU de Valencina (Sevilla), donde se iban a construir 8.000 viviendas en un pueblo en el que había 3.000. Afortunadamente, la labor de las asociaciones del Aljarafe Norte impidieron éste y otros casos, utilizando la ley y amenazando con procedimientos judiciales. La intervención de Arévalo terminó conminando a la esperanza: la unión de fuerzas produce sinergias que desembocan en poder de presión y decisión y ésta es una herramienta que debemos utilizar para sanear la democracia y dar soberanía al pueblo. Con el acicate dulce que es la confianza en el futuro nos fuimos, hambrientos y felices, a almorzar.
Jorge Árevalo durante su intervención
Ya a la tarde, la última sesión del taller fue un hervidero de propuestas de intervención, a cuál más ingeniosa y brillante. Al final convenimos en la realización de los horarios de autobús de una nueva compañía (Al-Autobus) que reflejaran una oferta ficticia de viajes desde Almonaster a Dusseldorf, a Pernambuco, a Londres... Todo ello con el propósito de señalar la escasez e ineficacia de los servicios públicos de transporte en la Sierra de Aracena. Esta propuesta, provisional, debe afinarse en sucesivas reuniones on-line de las que saldrá la intervención definitiva que se realizará en septiembre, coincidiendo con la inauguración de la Ruta.
Un momento del taller de intervención en su última jornada
A las siete de la tarde, el escritor Manuel Moya y el escultor Enrique Lafita nos sirvieron de expertos cicerones en la visita a las canteras de mármol de Navahermosa, un lugar que parece haber salido de otro planeta con su belleza subyugadora, entre acogedora y amenazante, un remanso en el que se mira la realidad con ojos nuevos. Luego, tras un paseo abriéndonos paso entre la frondosidad del terreno, hicimos una visita a una cueva donde permanecieron cinco años unos maquis de la zona después de la guerra civil. Estremecía, una vez dentro, intentar comprender cómo debían ser sus vidas en aquel lugar oscuro, frío y húmedo, a qué extremos de supervivencia frágil nos lleva el miedo y la resistencia. Estar cinco minutos allí, rodeados todavía por los angostos pasadizos que ellos construyeron, era una acción de respeto a su memoria y su valentía.
Un lugar que parece salido de otro planeta con su belleza subyugadora...
A la vuelta nos cogió la noche, un tiempo perfecto para escuchar los poemas de María Alcantarilla y su heterónimo Evaristo, en lo que suponía la clausura efectiva del seminario. Son poemas sobrios, recogidos, intensos, plenos de soledad e incomunicación. Pero también hay en ellos ansia por vivir, necesidad de luz, de aliento, de abrazos, de amor. Y todo ello recitado con una rapsodia sin alharacas, contenida, a veces ruda, sin hueros efectismos.
Un momento del recital de Evaristo (María Alcantarilla) Foto: López de la Osa
Un perfecto y sensible broche a las jornadas, complementado luego por una sabrosa barbacoa con carne ibérica de la zona en la plaza de las Cruces de Almonaster. Y bajo las estrellas, con un montadito de presa en una mano y una cerveza en la otra, entre risas, recuerdos y la comunión que da la felicidad dimos cierre al seminario, orgullosos y plenos. En septiembre, con la inauguración de la Ruta, nos volveremos a ver muchos de los que estuvimos allí. Será entonces tiempo, otra vez, de amistad, saber, magia, paisajes y vida.
Ivan Mariscal (Prensa y comunicación Ruta del Arte)